Los rellenos dérmicos han pasado a desempeñar un papel esencial en la gestión del envejecimiento de la piel, convirtiéndose en parte del régimen de aseo de mujeres y hombres. El crecimiento exponencial del mercado de los rellenos dérmicos es el resultado de la creciente demanda de tratamientos no quirúrgicos, así como de las mejoras en la fabricación de nuevos tipos que permiten no solo corregir las arrugas y pliegues, sino también contornear y reponer el volumen perdido.
Los inyectables se consideran generalmente seguros, sin embargo, como en cualquier otro procedimiento médico, existen ciertos riesgos relacionados con su uso, especialmente si no se adoptan las precauciones y contraindicaciones pertinentes tanto por parte del médico como del paciente.
La probabilidad de efectos secundarios puede aumentar significativamente cuando, en primer lugar, los productos son de origen no confirmado o con ingredientes no aprobados y, en segundo lugar, el profesional que realiza la inyección no está formado ni certificado para el tipo específico de tratamiento.
Las personas que deseen someterse a rellenos dérmicos deben acudir siempre a un profesional sanitario titulado, especializado en dermatología o cirugía plástica y capacitado para realizar inyecciones de ácido hialurónico.
A primera vista, los tratamientos con rellenos dérmicos pueden parecer fáciles de realizar. Su accesibilidad y eficacia en el tiempo son algunos de los principales argumentos de venta que se comunican a los clientes finales. En realidad, estos "tratamientos a la hora de comer" requieren amplios conocimientos de la anatomía facial y diferentes técnicas por parte del médico que sólo puede poseer un profesional cualificado: un cirujano plástico o un dermatólogo. Las inyecciones dérmicas realizadas de forma incorrecta pueden tener graves consecuencias, empezando por un aspecto no deseado del paciente (asimetría facial o corporal, estiramiento de la piel, bultos) y terminando por graves daños cutáneos (como heridas, infecciones y cicatrices) o incluso ceguera.
Una inmensa amenaza procede también del creciente interés por comprar rellenos dérmicos en línea, lo que sólo contribuye al aumento de las ventas de productos falsificados procedentes de empresas ilegales dirigidas por distribuidores sin licencia. Los rellenos d érmicos están calificados oficialmente como productos sanitarios y ninguna empresa legal los vendería directamente al consumidor. Al comprar productos en línea, los pacientes nunca pueden estar seguros de lo que contiene el envase, porque aunque mencione que es ácido hialurónico, puede ser literalmente cualquier cosa.
Todo esto va acompañado de una conciencia muy pequeña de no someterse a los tratamientos en entornos no médicos, por ejemplo, en la intimidad del hogar de alguien, con consumidores que llegan a inyectarse ellos mismos después de ver tutoriales de YouTube[i]. Según el Informe de Auditoría de Reclamaciones de los Consumidores 2017-2018 publicado por Save Face[ii], el 33% de las reclamaciones fueron resultado de tratamientos realizados en un entorno doméstico, el 26% en un salón de belleza, el 17% utilizando los servicios de un profesional móvil, el 11% durante una fiesta de tratamiento, el 9% en un salón de peluquería y el 4% en lugares de formación y conferencias.
[i] DIY beauty injectables are fueling a horrifying online black market, disponible en: enlace (última consulta: marzo de 2020)
[ii] Save Face - Consumer Complaints Report, disponible en: enlace (fecha de acceso: marzo de 2020)
Según la misma fuente, el 84% de los pacientes no sabía qué productos se utilizaban durante el procedimiento y el 31% desconocía las cualificaciones o la formación que había recibido su profesional. Por aterrador que parezca, los resultados de estas actividades pueden ser irreversibles.
Como aspecto positivo, estamos asistiendo a la introducción de mecanismos de control más estrictos para los productos sanitarios en toda Europa. Con ellos se pretende garantizar una mejor protección de la salud pública y aumentar la seguridad de los pacientes mejorando la calidad de los productos sanitarios y armonizando la legislación dentro de la Unión Europea.
El Reglamento de Productos Sanitarios (MDR) de la UE, que entró en vigor el26 de mayo de 2017, sustituyó a la Directiva de Productos Sanitarios (MDD) (93/42/CEE) y a la Directiva de Productos Sanitarios Implantables Activos (AIMDD) (90/385/CEE) de la UE con un periodo transitorio de 3 años. Esto significa que todos los rellenos dérmicos se clasifican ahora como productos sanitarios[i] y deben estar certificados por un organismo notificado para su venta despuésdel 26 de mayo de 2020, mientras que los certificados actuales conforme a las antiguas directivas seguirán siendo válidos hasta su expiración. La nueva directiva clasifica los rellenos dérmicos inyectables con ácido hialurónico en la clase de mayor riesgo, la III, que se refiere a los productos sanitarios con ingredientes absorbidos.
[i] Anexo XVI nº 2 MDR (2017/745): "Sustancias, combinaciones de sustancias o artículos destinados a ser utilizados para el relleno facial o de otras membranas dérmicas o mucosas mediante inyección subcutánea, submucosa o intradérmica u otro tipo de introducción, excluidos los destinados a tatuajes."
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